Diario de Calcuta (martes, 18 de enero de 2011)

Hoy, 18 de enero, vigésimo octavo día de nuestra estancia en Kolkata, he estado paseando por estas calles con toda la tranquilidad del mundo. Quien me lo iba a decir a mi el primer día cuando llegué, quería dormir y desaparecer, no quería pisar la calle ni en sueños. Pensé que si me iba a otra parte, a otra ciudad, tendría que salir a la calle para ir al aeropuerto, me aterraba la idea, si hubiera tenido una bola de cristal para ver el futuro no habría dado crédito a lo que está sucediendo hoy. Ahora me encuentro muy tranquila, os diré que hay que verlo para creerlo, es realmente impactante para un occidental.

Esta mañana iba paseando por estas calles en dirección a Sudder Street, de repente me he encontrado cara a cara con lo que he estado esquivando durante todos estos días. Es impresionante lo que afecta la contaminación a los habitantes de Kolkata, todo el mundo tiene carraspera y problemas de garganta, por lo que están escupiendo continuamente y sin reparar en nada, algo que aunque no comparto entiendo que forma parte de sus problemas de garganta y de su forma de ser. Pues como decía antes, iba paseando cuando de repente escupitinajo a la vista y sin posibilidad de esquivarlo, me ha caído en toda la cabeza, que asco.

Aquí todo vale, estamos en Kolkata, todo puede pasar aunque pueda parecer mentira, esto es una ciudad libre de todo, no hay problema por nada, hacen lo que quieren y no hay nadie que se lo prohíba, me parece genial, esa es la base de su felicidad, lo veo en sus caras, parecen estar enfadados pero nada de eso, son unas gentes tranquilas.
 
Esta mañana la anécdota del escupitinajo lejos de acobardarme me ha dado fuerza, me dije que si me había caído al final en la cabeza tenía que ser valiente y seguir adelante con la cabeza bien alta. Por primera vez me he armado de valor y me he ido sola a New Market, que fuerte. Bueno, he ido a un sitio concreto, porque siempre hay personas que intentan llevarte a las tiendas donde ellos se llevan una pequeña comisión, pero le he enseñado a un señor la dirección a la que quería ir y me ha llevado.

Dentro de New Market es como un laberinto si no conoces a donde vas, he ido por un pasillo estrecho, lleno de lugareños, todos morenos, pero nada me asusta ya, jajajaja!!!

Cuando me marchaba me seguía guiando el señor que me ha acompañado a la tienda, yo iba un poco desconfiada porque el pasillo parecía no tener final, era como una cueva sin final. Finalmente he visto la calle y he pensado lo sencillo que me había parecido entrar y salir de este lugar; ahora que me queda poco tiempo de estar aquí me decido a adentrarme en las entrañas de este laberinto sola, bueno más vale tarde que nunca, ya tengo aprendido el camino para el próximo viaje. Es increíble lo mucho que se aprende cuando necesitas algo, agudizas el ingenio y pierdes el miedo a todo.

Hoy he visitado a los niños de Sishu Baban, a pesar de no ser la primera vez que iba me sigue impactando y es realmente triste, quizás he visto tanto sufrimiento con LAURA que los niños que sufren me dan mucha pena. He estado con una niña que ya conocía ayudándola a hacer algunos ejercicios, ha sido muy reconfortante sentirme útil y poner todo el cariño de LAURA depositado en mis manos para llevarle un poco de alivio a sus males.

He comido una especie de tortilla de patatas y verdura en el “Blue Sky”, nada del otro mundo, pero después me he marchado solita a tomar un café en condiciones con toda la tranquilidad del mundo, ya me voy conociendo los buenos sitios, jajajaja!!! Para cenar el menú ha consistido en huevos con patatas, para variar.

LAURA, dime que tengo que hacer en estos días que me quedan, son muy pocos para todo lo que me gustaría hacer, por eso esperaré tu mensaje como siempre, tu me guías.

TE QUIERO MI PEQUEÑA LAURA. SIEMPRE JUNTAS MI LINDA NIÑA. 

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