Diario de Calcuta (domingo, 16 de enero de 2011)

Hoy, 16 de enero, vigésimo sexto día de nuestra estancia en Kolkata, he sentido mucho miedo cuando volvía al hotel después de repartir las pocas mantas que compramos ayer. Hemos esperado a que no hubiera mucha gente por la calle, sobre la medianoche aproximadamente, todavía quedaban despiertos algunos de los que duermen en la calle al raso. Quise buscar los que realmente no tenía absolutamente nada, concretamente buscaba uno que el otro día estaba temblando de frío. No estaba, supongo que habrá buscado otro sitio para descansar, pero las mantas les vienen bien a todos, incluso a los que ya tienen una. Al final puse cuatro a personas aparentemente dormidas, cuando notaron mi presencia abrieron los ojos con gesto de sorpresa, como diciendo: ¿Esto que es? De repente sentí como me cogían la mano, tal vez querían comida o más ropa, reaccioné tapándoles, mientras les acariciaba la cara y la mano para tranquilizarles.

Ha habido uno que me ha visto y se ha acercado para acostarse en el suelo fingiendo que no tenía manta, no me ha importado su estratagema y le he puesto una, lo malo es que quería quitarme el pañuelo, pero no le he dejado. Después se ha ido y pasado un rato ha vuelto sin manta intentado hacerse pasar por otro, la miseria es así y hace agudizar el ingenio.

La pena es que no he reaccionado antes, podía haber hecho algo más por estas personas que duermen en la calle sin nada para protegerse del frío de la noche, pero por alguna razón no ha sido hasta ahora, será que tengo que volver a Kolkata a finalizar algo que llevo dentro.

Ha estado bien el ayudar a esta pobre gente, pero se ha hecho tan tarde que la calle se ha vuelto peligrosa. Cuando cae la noche y las calles se vacían es cuando los perros campan a sus anchas y se vuelven agresivos, menos mal que me acompañaba Josep, pero era muy tarde incluso para él que vive más lejos de la zona de Sudder Street y aunque no es una distancia muy grande por el día, andar por la noche y con los perros sueltos resulta muy peligroso.

Viniendo hacia el hotel los perros iban a nuestra zaga, siguiéndonos a cierta distancia, ladrando e incluso dándose algún que otro mordisco. Sin darme cuenta uno se ha acercado por detrás y se me ha subido encima, me ha arrebatado la bolsa donde llevaba la cámara y el móvil, se han puesto entre ellos a pelearse por la bolsa. Nuestra primera reacción ha sido salir corriendo para alejarnos, pero la bolsa con mis cosas estaba en medio de la pelea de perros y no quería dejarla allí; al final Josep se las ha ingeniado para apartarlos y arrebatarles la bolsa. Nos hemos alejado todo lo rápido que hemos podido, a pesar de que me temblaba todo el cuerpo por el peligro que tienen estos perros callejeros, solo de imaginar que una sola dentellada nos podía transmitir la rabia o cualquier otra enfermedad.

Esta noche ha sido un poco estresante por muchos motivos, pero seguro que habrá una segunda oportunidad para hacer las cosas con más tranquilidad y más tiempo.

A pesar de estos pequeños incidentes el día ha estado muy bien, en general. Hoy era el cumpleaños de José, una persona que es muy buena gente, vive aquí desde hace tres años, a mi me gusta mucho y entiendo su forma de vivir. He tenido la suerte de que me invitara a la celebración de su cumpleaños, aunque yo no tengo ganas de ningún tipo de celebración, pero he hecho una excepción al tratarse de él. He querido acompañarle en un día tan especial, estaba feliz y eso es lo que importa. En la misa en español de las 16:00 horas, en la Casa de la MADRE TERESA, tuvieron unas palabras de felicitación para él, porque es una persona muy querida por las Hermanas y por los voluntarios.

  
Terminada la misa hemos tenido una pequeña charla con la Hermana María, donde hemos sido invitados a compartir y exponer nuestras vivencias en Kolkata, el porque de la llamada de venir aquí. He sentido que quería que expusiera mi caso y así lo he hecho, aunque no he contado todo paso a paso porque aunque hubiera sido una película interesante he preferido ir al grano: “LAURA me dijo que viniéramos solas y sin conocer absolutamente nada sobre Kolkata, a la aventura, así lo preparamos. LAURA estaba tranquila porque sabía que aunque yo quería venir sola, sin buscar nada, ella me iba a preparar lo que realmente iba a necesitar, personas muy buenas para que me acompañaran en ciertos momentos”. En resumen, he expuesto mi caso y les he dicho que el venir aquí surgió en el jardín de mi hija, porque mi hija tiene un jardín, claro ella está en el Cielo pero tiene un jardín aquí en la Tierra. Siempre estoy con LAURA, vine con LAURA y me iré con LAURA.

 
Después de la reunión con la Hermana María se me ha acercado una señora que también tiene una historia muy interesante y me ha dicho: “lo mejor del día ha sido conocerte a ti”. Es impresionante las personas que puedes encontrar en nuestro camino, aquí hay algo que no sucede cuando estamos en nuestro país, aquí en Kolkata no nos guardamos los sentimientos, hablamos de corazón, estamos más cerca del Cielo.

Luego nos hemos ido a Sudder Street, Josep y yo en compañía de otra voluntaria a cenar a “La taberna vasca”, por cierto en autorickshaw. 

Cuando hemos llegado a “La taberna” había fiesta, buffet libre, un rollo para mi porque yo paso de esas cosas, no me apetece la concentración de personas cantando y bailando, como me ha dicho un voluntario: “de esto estoy cansado en España”. Aquí es algo que no apetece, a no ser que sea una demostración de cómo hacemos una fiesta para que lo vean los hindúes. Pero hay que estar aunque no apetezca, principalmente porque habíamos quedado para repartir las mantas y despedirme de Vera, que se va unos días, pero no ha sido fácil estar inmersa en este ambiente.

Sinceramente, pensaba que a mi no me importaba nada en absoluto toda esa fiesta y algarabía, más bien me producía un cierto malestar. Mi mundo es otro, esto es parte de la vida, venimos solos y siempre necesitamos de otras personas, por eso a veces tienes que pasar por situaciones de compromiso. Aunque intentaré pasar por este tipo de situaciones las menos veces que sea posible, porque me quitan energía y la necesito para otras cosas.

Cada día en Kolkata son vivencias diferentes, aprendes algo nuevo, te das cuenta que hay muchas cosas que podías haber hecho y muchas cosas que te quedan por hacer; lo importante es que nunca es tarde, que de todo lo que haces se aprende algo y que hay que ir con el corazón por delante, lo demás es un problema de cada cual.

 
 
LAURA, sigues abriendo corazones nuevos y esto no acaba aquí. Se que estás con Jhonatan, que le estás enseñando el camino. LAURA, cuidado, que es muy mayor para ti. Jajajaja!!!

TE QUIERO MI PEQUEÑA. LAURA SIEMPRE JUNTAS HASTA LA ETERNIDAD.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*