Diario de Calcuta (jueves, 30 de diciembre de 2010)

Hoy, 30 de diciembre, noveno día de nuestra estancia en Kolkata, me siento un poco menos cansada que ayer. Me he levantado más tarde que otros días, no he madrugado para ir a misa porque los jueves es el día de descanso de los voluntarios en la Casa de la MADRE TERESA, así que me he quedado descansando tranquilamente hasta la hora de bajar a desayunar en el hotel. El resto de los días me levanto tan temprano que no está abierto el comedor del hotel así que siempre tomo lo que nos ofrecen las hermanas en la Casa de la MADRE TERESA. Mi desayuno de hoy ha consistido en un plátano, tres tostadas de pan de molde y una tacita de leche caliente sin café ni cacao. Las tostadas de pan de molde las he tomado sin nada que las acompañe, porque la mermelada y la mantequilla están abiertas al aire y mejor no tentar a la suerte.

He pasado la mañana tranquilamente en mi hotel, que es para mi un palacio, siempre que no mire por la ventana para no ver las calles aledañas al hotel y me tape los oídos para no oír el incesante bullicio de coches, motos, bicicletas, gentes, cuervos, etc. En cualquier caso es un lujo para mi, sobretodo después de los alojamientos que he visto en los últimos días.

Como se acercaba la hora de la comida,  con toda la tranquilidad del mundo me he puesto la chaqueta con la foto de LAURA atrás y la camiseta con la foto de LAURA por delante, por supuesto la chaqueta bien abrochada, con mi pañuelo blanco y mis gafas de sol, totalmente disfrazada. Si aquí un occidental llama la atención vestida de esta guisa  mucho más, pero eso no me importa y no me molesta sentirme observada como si fuera una alienigena. La verdad es que resulta gracioso verme a mi totalmente tapada y envuelta en ropa, mientras que el resto de los voluntarios van lo más ligeros que pueden: camisetas de tirantes, sandalias, etc. Yo prefiero protegerme contra todos los agentes externos para evitar quemaduras por el sol o infecciones por alguna herida abierta (una rozadura del calzado, por ejemplo).

He salido del hotel para ir caminado las pocas calles que me separan de “La taberna vasca” y cuando me he querido dar cuenta una señora se ha agarrado de mi brazo y me ha ido pidiendo unas rupias al lado sin soltarme, pero yo he seguido de frente mi camino, sin parar ni mirar y por supuesto ni hablar.
 
Cuando he llegado a “La taberna vasca” ya estaba Mercedes esperando, en unos minutos ha llegado Pepe, dos personas  muy especiales que el segundo día me acompañaron por esas calles a las que no me atrevía a salir y que no quería volver a pisar.
 
Mi menú para el día de hoy ha sido: una sopa de tomate que era de tetra brick (mejor envasada, picaba pero es lo que hay), unos canelones de espinacas y un  crepe sin nada para acompañarlo, para no variar.

La idea para hoy era ir al mercado de las flores con Mercedes y Pepe, pero ha habido un cambio de planes. Tenía una tarjeta india para llamar desde un móvil, después de lo complicado que ha sido hacer la tarjeta, hoy me han cortado la línea porque tenía que haber firmado en un formulario encima de mi foto y como el bolígrafo no escribía bien no ha quedado bien marcada la firma. Por ese motivo me han cortado la línea, así que vuelta a hacer los trámites. Un país aparentemente caótico después es tremendamente burocrático y estricto, pero son sus reglas del juego y hay que acatarlas.

Hemos pasado una tarde genial los tres, hemos cogido un taxi para visitar los templos Jainistas, son tres a cual mas bonito, pero en su interior no te dejan hacer ninguna foto, se enfadan mucho si te ven haciendo una. El Jainismo comienza con una seria preocupación por el alma humana en su relación con las leyes que gobiernan la existencia en el universo, con los otros seres vivientes y con su propio estado futuro en la eternidad. Primeramente, y antes que nada, es una religión del corazón: la regla de oro es Ahimsa o la no violencia en todos los aspectos de la persona, mental, verbal y físico. Los jainistas tienen una profunda compasión por todas las formas de vida. El Jainismo ofrece una tranquila, extraordinariamente seria forma de vida, una insistencia cultural sobre la compasión, una sociedad ética que ha cambiado el mundo dramáticamente y continuará efectuando cambios. El Jainismo es un modo de vida ecológicamente responsable que es no violento en pensamiento, acción y hechos. 

A la salida de los templos estaba el taxista esperando para volver a nuestra querida Sudder Street. Tan solo nos ha pedido 500 rupias por el viaje, todo un lujo para nosotros, chofer por una pequeña cantidad al cambio en euros.
 
Me he sentido estupendamente en todo momento y hemos ido a comprar unas vitaminas de hierbas, que me tomaré para coger mas fuerzas, dicen que son naturales y muy buenas, empezaré mañana.
 
Hemos seguido mirando tiendas de todo tipo y paseando por un mercado típico de Kolkata.
 
Para cenar hemos ido al Blue Sky, dicen que es un restaurante bastante seguro en lo que a comida se refiere, se puede comer con confianza. He tomado arroz con un poco de pollo, pero ni he probado el pollo porque tenia un aspecto de lo menos apetecible, el arroz mejor, con un postre: una especie de buñuelos rellenos de plátano, muy bueno.
 
Hemos hablado mucho, por supuesto siempre de LAURA, hay una magia en ciertas personas que de alguna manera estamos aquí concentrados, para compartir muchas vivencias y experiencias. La existencia de LAURA, se palpa en cada palabra, en cada gesto, en cada acción, es evidente que me acompaña y se hace presente en todo momento.
Es increíble tantas y tantas cosas que están pasando en tan poco tiempo. Cuando LAURA estaba malita, tenia ilusión con los juegos de magia, de hecho un amigo nuestro le enseñaba trucos y juegos de manos, que le encantaba luego hacerlos delante de los demás. Pues, algo impresionante, la magia ha llegado a Kolkata, en alguien muy cercano a mí.

Hoy al finalizar la jornada, me siento menos cansada que ayer. Ha sido un día precioso en todos los sentidos y aunque por la tarde no he parado ni un momento no he visto el sinfín de cosas impactantes y desagradables que tuve ocasión de ver ayer.

Kolkata es una ciudad increíble entre otras cosas porque dentro de este aparente desorden existe un orden establecido. 

Gracias LAURA por tantas cosas como me das cada día, por tanto como estoy sintiendo aquí tan lejos del mundo que he conocido hasta hoy, pero tan cerca de ti. Gracias, una vez más, por decirme que viniéramos juntas a Kolkata, tu y yo nos entendemos. 

 
TE QUIERO LAURA. SIEMPRE JUNTAS MI ÁNGEL, EL ÁNGEL DE TODOS LOS QUE QUIEREN QUE SEAS… SU ÁNGEL.

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