Diario de Calcuta (martes, 11 de enero de 2011)

Hoy, 11 de enero, vigésimo primer día de nuestra estancia en Kolkata, ha sido un día un poco duro pero bonito a la vez porque he podido estar cerca de niños que sufren. Hemos pasado unas horas en SISHU BHAVAN (Hogar infantil), un Centro de la MADRE TERESA para niños enfermos. Cuando les he visto se me ha caído el alma a los pies, me he quedado muda, he tenido que contener y controlar mis emociones para que no afloraran porque no es precisamente lo que estos niños necesitan. Gracias a las Misioneras de la Caridad son niños que están muy bien atendidos y reciben todo tipo de cuidados, pero Dios mío porque tanto sufrimiento en esos niños, no puedo entender el porqué de tantos niños enfermos de todas las edades; como nunca he podido entender el sufrimiento y la partida al Cielo de mi hija LAURA.

Había una niña, he deducido que era una niña por sus uñas pintadas, no he podido calcular su edad, pero estaba llorando sin consuelo, de una forma incesante, sin duda por el dolor y el sufrimiento. Me han acercado un biberón y he empezado a dárselo, aunque a duras penas porque no ha parado de llorar ni un solo segundo. Le he acariciado la barriguita mientras le agarraba su delicada manita y he conseguido que conciliara el sueño, al menos mientras he mantenido el contacto con su mano, porque en el momento que la he soltado se ha vuelto a despertar. No tengo la menor duda que se encontraba mal y con la dificultad de que no podía expresarse. Muy duro, mucha pena, tristeza y dolor de corazón; que sentido tiene esta vida para ellos, supongo que tal vez tienen que vivirla para llegar más cerca de Dios.
 
No me he dedicado a atender a ningún otro niño, sólo he estado con esta niñita. A la cena le he vuelto a dar otro biberón, también le he cambiado la ropita de arriba porque al no tragar bien se había manchado con la leche. Cuando terminé le acomodé en su sillita y me marché después de darle un besito en sus manitas.

Increíble, vivimos en otro mundo, nunca podemos imaginar que esto existe, aunque lo veamos en los medios no nos parece real. Como tampoco puede entender nadie que no haya pasado por la misma situación lo que se siente al perder una hija.

Esta vida es realmente incomprensible, no se pueden entender diferencias tan grandes entre unas personas y otras. Incluso lo que llevan una vida con comodidades y abundancia se quejan de lo poco que tienen, sería bueno y positivo que mirasen lo que realmente existe para valorar más lo que se tiene.

Cuando miro en mi interior, yo que tengo mi corazón en el Cielo, doy gracias a Dios por todo lo que tengo. Todo lo que me pasa es perfecto, dejas de ver las cosas mal porque no hay nada malo, todo es parte de la vida, no es mejor ni peor, es este mundo. No es más afortunado el que vive mejor, yo  no lo creo así, en el fondo la vida es como una película que vamos rodando cada día, si la película tiene poco contenido y es aburrida no tiene éxito, pero si tiene sentimientos, emociones, sufrimiento, lucha, entrega, alegría, cariño y todos los componentes que nos hacen ser humanos, la película ganará un Oscar. Esta vida es el rodaje plano a plano de nuestra propia película y dependiendo como la vivas, tiene en el Cielo el éxito.

Si reflexionamos un poco nos daremos cuenta que no debemos malgastar la vida, creo que no nos pertenece y tenemos que cuidarla porque es un regalo del Cielo, además los que tenemos la suerte de tener salud lo tenemos todo.

 
Cuando he estado con esta niña y no paraba de llorar, le he pedido a LAURA que me ayudara, porque LAURA sabe lo que es sufrir y recibir consuelo. LAURA ha estado conmigo en todo momento, por eso me he acercado a la única niña que no lloraba desconsoladamente, porque con su ayuda pronto iba a encontrar tranquilidad. Cuando estuve en Daya Dan también estuve con una niña que tenía mucha dificultad para darle de comer por sus problemas degenerativos, pero con LAURA a mi lado sabía que lo iba a conseguir y así fue.

Cuando que tengo la sensación de que voy a necesitar ayuda para acometer algo, siempre está LAURA, siento que me da lo que me falta para llegar hasta el final. Gracias pequeñaja, cuanto me gustaría tenerte físicamente para que pudiéramos ir agarradas de la mano, sería… Ojalá esto que estoy viviendo fuera una pesadilla de la que pudiera despertar, ojalá Dios nos diera otra oportunidad, ojalá la madre que pierde a sus hijos o a su única hija como yo, como María perdió a su único hijo, pudiéramos ascender pronto para estar con lo que más queremos, para mi…, mi corazón entero, “MI PEQUEÑA LAURA”.

Cuando LAURA me dijo que viniéramos a Kolkata sentí que desde aquí podía estar más cerca del Cielo, pero a pesar de sentir esa cercanía lo que más deseo es estar realmente junto a mi niña allá donde se encuentra ahora.

La muerte es triste para casi todo el mundo, pero para las personas que están en mi situación es un tránsito, no es el final. Tenemos ganas de terminar el rodaje de nuestra película y recoger el Oscar junto a nuestros hijos.

Gracias LAURA por ser mi hija, gracias por darme 15 maravillosos años a tu lado y gracias por hacerme madre de “UN ÁNGEL TAN MARAVILLOSO”.

TE QUIERO MI NIÑA, ESPERO VERTE PRONTO. SIEMPRE JUNTAS AQUÍ Y ALLÍ. SIEMPRE.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*