Diario de Calcuta (sábado, 8 de enero de 2011)

Hoy, 8 de enero, decimoctavo día de nuestra estancia en Kolkata, estoy un poco vaga. Querida LAURIITA ayer celebrando tu cumpleaños fuiste tu la que me hiciste el mejor regalo: un día realmente especial, que fuerte estando en Kolkata. Me estoy acostumbrando a lo bueno y ¿ahora qué?.

Estoy realmente muy cansada, la alimentación que llevo no es la adecuada, la contaminación y el caminar por estas calles son un cóctel explosivo. Cada día que salgo a la calle es una auténtica “gymkhana”, continuamente esquivando personas, animales, coches, motos, bicicletas, rickshaws tirados por una persona y autorickshaws; todo esto metido en una vía de dos carriles de escasas dimensiones. Los coches pasan rozándose, pero no hay problema porque están completamente llenos de arañazos por todas partes. Es como estar en la feria, en los coches de choque, todos conducen como y por donde quieren y van pitando continuamente. El autorickshaw o motorickshaw es de lo más auténtico, tres personas sentadas detrás y otra delante con el conductor; incluso se pueden subir cuatro unos encima de otros y tres adelante, no hay problema sin multas. Además si al autorickshaw le añadimos luces de colores y música a todo trapo parece que estamos en una discoteca ambulante, aparte de increíble es divertidísimo, ver para creer.

Tengo un dolor de espalda terrible y me encuentro muy cansada, por eso últimamente no me levanto a las 5:00, prefiero cuidarme y hacer las cosas que me van viniendo a lo largo del día sin agobiarme, la salud es lo primero. Por este motivo hoy he desayunado de nuevo en el hotel, con mi tez blanca en medio de tantos hindúes soy como una perla sobre un tapiz de terciopelo negro. Todo el mundo come de todo mientras que yo sigo con mi pan tostado, casi quemado, pero es que me da mucho asco ver como todos tocan los alimentos con las manos sucias. El pan tostado lo tomo sin nada encima, porque la mermelada y la mantequilla están expuestas al aire, al lado de la tostadora para que se calienten y puedan estropearse, increíble pero cierto. La leche la tomo sola porque el café soluble está en una taza y el camarero lo sirve con la mano, es algo que no puedo soportar. Menos mal que cada día tomo un plátano, pero también le estoy cogiendo asco al olor, todo me huele a plátano. Lo que es la gota que colma el vaso es que todo el mundo tiene la garganta mal, seguramente por efecto de la contaminación, continuamente están carraspeando y haciendo ruido con la garganta, sino escupen es porque no están en la calle.

Hoy he paseado por New Market, que está en Lindsay Street, un gran mercado de la época colonial inglesa lleno de tiendas en su interior. He acompañado a Teresa a comprar algunas cosas para hacer una fiesta para unos niños.

A la hora de la comida el menú del día ha sido realmente frugal: arroz a la cubana sin tomate y nada más. 

El teléfono móvil que tengo no me funciona, quien me vendió la tarjeta aquí en Kolkata me ha dicho que es problema del teléfono. No quiero cambiarlo, de momento, porque es uno de LAURA y quiero conservarlo. El problema es que llamo y a los 30 segundos se corta y si me llaman no puedo hablar, no se que será, pero esperaré porque no tengo prisa. Hoy he llamado desde la cabina de “La taberna vasca”, todo perfecto. La personas que como yo hemos venido solas tenemos este pequeño rincón desde donde puedes llamar sin problemas, sino tienes que ir a la aventura.
Por la tarde he ido a la Casa de la MADRE TERESA, a la Hora Santa, siempre es un lugar de paz y meditación, un punto de encuentro para ver en nuestro interior.
 
El día ha resultado muy entretenido, cuando he vuelto a Sudder Street hemos pasado a comprar unos paquetes de galletas y unos globos, siempre en nombre de LAURA, para mañana repartirlos en la fiesta con los niños. LAURA va a estar encantada de ver lo bien que lo pasan jugando con los globos y degustando las galletas.

Por la noche he acabado cenando un plato de pasta al pesto, sin comentarios, incomible, pero esto es Kolkata, que quiero…

Ahora mismo acaba de subir un camarero con comida para las habitaciones, la lleva sin tapar y tosiendo sobre ella, viendo esto se me quita el apetito por completo. Aquí son muy dados a comer en la habitación y cuando salgo de la habitación el pasillo está sembrado de platos, vasos, botellas y todo tipo de servicios; a veces pienso que algunos pasan el día completo dentro de la habitación.
 
!!!LAURIITA TE QUIERO¡¡¡ GRACIAS POR ESTAR A MI LADO.

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