Diario de Calcuta (viernes, 24 de diciembre de 2010)

Hoy, día 24, es un día especial por dos razones: es Nochebuena y voy a ir por primera vez a la Casa de la MADRE TERESA. Me he levantado muy temprano con la luz del alba, a las 6 de  la mañana, con valentía he salido a la calle, pero sin saber el camino que tenía que seguir para llegar a la casa. He cogido un taxi en el hotel, es lo más seguro si desconoces el camino y no te mueves con soltura por estas calles repletas de gentes, vehículos y animales de todo tipo. El precio que he pagado al taxista me ha parecido justo: 30 rupias (unos 50 céntimos de euro), barato para un occidental. Cuando he llegado  a mi destino me he sentido tranquila y segura, porque el trayecto es duro, realmente muy duro. Hoy por hoy, andando y tan temprano no creo que sea capaz de recorrer los pocos kilómetros que separan el hotel de la Casa de la MADRE TERESA,  aunque creo que ni a cualquier hora sería capaz, todas las calles son espantosas con la gente haciendo la vida en el exterior: cocinan, comen, se asean, duermen, viven en la calle; la primera idea que se te pasa por la cabeza es salir corriendo y encerrarte en el hotel.
 
En la Casa me han recibido muy bien, tengo suerte porque ya conocía a unos voluntarios españoles que estaban allí ayudando. LAURA siempre pone en mi vida personas que aparecen y me ayudan desinteresadamente, eso me da muchísima tranquilidad y confianza. He estado ayudando a decorar la Casa, porque hoy allí también se celebra la Nochebuena y todo lo que conlleva, es un día realmente especial para todos los que se acercan allí en busca de paz y amor.

 
He hablado mucho tiempo con Sor Ana Maria, me ha preguntado que de quien era la foto que llevaba en la parte de atrás de mi chubasquero, me ha dicho que era de una belleza y serenidad sin parangón, que tenía una expresión que transmitía paz; le he contado que es mi Ángel, sin mediar palabra me ha abrazado con fuerza y cariño. Hemos estado hablando mucho tiempo sobre LAURA y todo lo que le rodea, me ha invitado a pasar a ver la tumba de la MADRE TERESA para que hablara con ella, así lo he hecho y he sentido una sensación difícil de describir: una mezcla de sentimientos y emociones, realmente me he emocionado.
 
Me he sentido como si la Casa también fuera mía, es la casa de todos, así nos reciben: con los brazos y el corazón abiertos, nos tratan con humildad y con mucho cariño. Allí es imposible sentirse afligido o atribulado, todo es amor.

 
He ayudado a Paloma, una voluntaria que he conocido, con la decoración de algunas estancias de la casa; hemos salido a la calle a comprar paja, con el pavor que me produce la calle. Pero ha sido una buena experiencia, ella vive cerca y me ha llevado a su casa, he desayunado mi primer café en Kolkata, todo un lujo.

Después de pasar unas horas en la Casa de la MADRE TERESA he tenido la suerte de comer muy bien. Pepe, otro voluntario, que es encantador, humano, cercano y que se yo…, me ha llevado a un sitio que aquí en Kolkata es de lujo, por lo menos limpio, algo similar a un restaurante chino de España, aunque esto es otro mundo.  Por un momento me he olvidado que tenia que volver a la calle, hemos comido bien dentro de lo que yo puedo comer, todo muy picante y, además teniendo en cuenta que yo soy un poquito especial para esto de las comidas, pero eso es lo que hay en Kolkata, no se puede elegir tanto como yo quisiera.
 
Después de comer, cuando hemos vuelto a salir es como si salieras a una plaza  de toros con miedo a la suciedad, a todo lo que ves y hueles, yo voy continuamente con un pañuelo en la boca no puedo respirar, es algo superior a mi. Hemos andado hasta Sudder Street y hemos tomado café en la “taberna vasca”, un día de lujo dos cafés, algo que me parecía imposible a priori.

He regreso a la Casa de la  MADRE TERESA con Pepe andando, era ya por la tarde y hemos pasado por una calle de mayoría musulmana, es lo que me faltaba por ver: la carne, los hígados, las cabezas de vaca, etc., que asco y que impresión, no se si en este mes seré capaz de pasar por allí sola, ¿igual si? todo es posible en Kolkata.
 
Hemos vuelto a la Casa de la MADRE TERESA porque hacían una actuación preciosa basada en cuatro voluntarios que han pasado por la Casa Madre, con una historia impresionante, todo en ingles pero su forma de expresarlo me ha llegado dentro, como dice el refrán: “una imagen vale más que mil palabras”.
 
Después, a las 21 horas, una misa de Navidad preciosa con todas las sister y los voluntarios participando, me he sentido muy bien, ha sido realmente emocionante. Lo peor ha sido cuando he tenido que volver a la calle, es horroroso, he vuelto al hotel en taxi porque andando soy incapaz, al menos por el momento.
 
GRACIAS LAURIITA, una vez mas con tu partida ayudas a los corazones que necesitan amor, cariño y encontrar un “leiv motif”; he hablado mucho de tí a un numeroso grupo de personas que se quedan impactadas al haber tenido la suerte de haberte conocido como ÁNGEL y por seguir juntas con más fuerza que nunca.
 
TE QUIERO MI PEQUEÑA LAURA. SIEMPRE ES SIEMPRE, SIEMPRE JUNTAS.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*